En la industria aeroespacial existe un vasto mundo de disciplinas que contribuyen a la misma. Una de las áreas poco conocidas se trata de la enfermería espacial, una profesión tan noble al cuidado de los pacientes, la cual vemos comúnmente en hospitales y clínicas.
Pero, dicha disciplina también es indispensable en el cuidado y atención de la salud de los astronautas.
La primera enfermera espacial es Dee O’hara, nacida en 1935 en Idahu, EE.UU.
Tuvo gusto por la enfermería al ver el elegante uniforme que portaban, y se preparó para convertirse en una de ellas en el hospital Providence en Oregon y se certificó en técnicas de operación en quirófanos.
A pesar de sus problemas de espalda, se unió a las Fuerzas Aéreas de su país.
“Las chicas buenas no hacen eso”
se dijo alguna vez. Quien la reclutó se quedó perplejo por su valentía, no era común que una mujer pidiera ingresar a una fuerza armada como enfermera.
Posteriormente, le ofrecieron un puesto en la NASA para el primer programa de
enfermería espacial en el proyecto “Mercury”, y Dee muy confundida al desconocer todo lo que implicaba, respondió: Bueno, supongo que sí.
Después, lo vio como una oportunidad, y supo que estaba en el momento y lugar
correctos. Aunque era un mundo bastante masculino, ella desarrolló buenas
amistades y relaciones con sus compañeros.
Luego, fue asignada al cuidado de los astronautas de los programas Gemini, Apolo, Skylab y Apolo-Soyuz encargándose de detectar anomalías antes y después de cada vuelo, así como apoyar en la creación de laboratorios médicos.
Sin duda, Dee O’hara es un ejemplo a seguir y una impulsora para todas aquellas
mujeres interesadas en las áreas de la salud, como la enfermería, aplicadas a una
industria aeroespacial.
Nos demuestra que las oportunidades son como puertas que nosotras mismas abrimos, y que hay una industria que necesita nuestro empeño, amor y entrega.
“Ser una enfermera es hacer lo que nadie más quiere hacer, de una manera quenadie más lo puede hacer y en cualquier circunstancia” (Rawis Williams)
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